Introducir procesos de mejora en los diferentes sectores que les permita entrar en un círculo virtuoso de mejora continua e innovación para dar cumplimiento a las diversas exigencias de los grupos de interés sostenibles en el tiempo, son algunos de los desafíos estratégicos actuales a los que se encuentran la mayoría de las organizaciones tanto del sector público como privado en Latinoamérica.
Las cosas cambian exponencialmente. Por tanto, las organizaciones también deberían hacerlo. El conocimiento se ha convertido en un artículo de consumo, y aportar algo nuevo y exclusivo al mercado es la clave para diferenciarse de la competencia (Hamel, 2008). Aquellas organizaciones que se puedan adaptar más rápido a los constantes cambios en los mercados nacionales e internacionales, que son además cada vez más frecuentes, tendrán mayores ventajas competitivas que aquellas que no logran adaptarse al ritmo que la globalización demanda.
La idea de que la implementación es el lado táctico de la estrategia, y por tanto sea un asunto que se puede delegar es errada. En efecto, tal como lo señalan los autores Bossidy y Charan (2002) la implementación no es sólo táctica, sino que también es una disciplina y un sistema en el cual el rol de líder es primordial.
La pregunta a responder entonces es:
¿Qué características debe tener una organización para cumplir con las diferentes exigencias del mercado?
Tal como refiere el Profesor Dr. Bernard Hitpass en su libro de BPM: “Los resultados de más de 20 años de investigación dejan de manifiesto cuáles son estas características. Para que una organización sea capaz de responder en forma satisfactoria ante los cambios del entorno, debe ser ágil, eficiente y eficaz”. La gestión por procesos incluye el análisis de la cadena de valor y la reingeniería de procesos y cambia la tradicional gestión vertical por una administración horizontal interrelacionando las unidades funcionales y coordinando las metas y objetivos corporativos. Cuál es entonces el método o el instrumento para que una organización evolucione hacia estados de mayor agilidad, eficiencia y eficacia al mismo tiempo. La investigación y la industria en los países globalizados trabajan hoy de la mano en un enfoque de gestión empresarial que se denomina “Gestión por Procesos de Negocio” o “BPM (Business Process Management)” como indican sus siglas en inglés. (Hitpass, 2009).
Implementación de la estrategia
Entendiendo que el análisis de los procesos es una habilidad básica necesaria y obligatoria para entender cómo funciona cualquier tipo de organización. Al mapear los procesos se obtienen una clara comprensión desde donde se inicia y finaliza un proceso. BPM son todas aquellas prácticas de gestión que ayudan a mejorar la agilidad, eficiencia y eficacia de los procesos de negocio, por otra parte, las personas son claves en la ejecución y búsqueda de resultados sostenibles en el tiempo.
Las organizaciones suelen fracasar a la hora de implementar una estrategia, como decimos en Chile “otra cosa es con guitarra”, ya que carecen de un sistema integral capaz de alinear la estrategia, los procesos (Framework de arquitectura empresarial), el capital humano, y sus herramientas tecnológicas de información. En un entorno como el actual, la gestión estratégica y la ejecución a través de sus procesos críticos es fundamental ya no para el desarrollo sino para la supervivencia de las organizaciones, y se ha demostrado en la época de pandemia que estamos viviendo.
En resumen, una adecuada implementación de la estrategia dependerá de la relación que exista con los procesos claves del negocio. Una visión de dirección estratégica integral aportará mucho valor cuando el objetivo es mantenerse en un mercado competitivo y cambiante, donde la excelencia operacional, eficiencia en el uso de los recursos y la eficacia en el logro de objetivos es primordial y debe ser sustentable en el tiempo.