Alguna vez le escuché decir a un adulto mayor: “Si quieres saber qué nos depara el futuro, tienes que ver películas”. Así, a lo largo de los años, he asistido cómo ante mis propios ojos se me revelaba la automatización del trabajo y la inteligencia artificial, entre otros.
Hoy, ambos temas son una realidad. Y es en esa consideración que el futuro del trabajo recaerá sobre siete claves que todos debemos considerar:
- Organizaciones exponenciales
- Transformación del talento y la tecnología
- Reinvención de por vida
- El cambio en la ética del trabajo y la sociedad
- Innovaciones reguladas
- La fuerza del trabajo liberada
- La empresa ligera
Proyecciones como que se perderán 1.600 millones de empleos en el mundo, producto de la inclusión de robots en las empresas, no es muy auspicioso. Pero también significa que millones de personas deberán transformarse y prepararse para los trabajos del futuro, pues no habrá escasez de empleo, sino escasez de habilidades para hacer esos trabajos. La MIT Technology Review publicó en 2019 que para el 2028 habrá 4.6 millones de puestos de trabajo sin cubrir por falta de habilidades.
Hoy debes innovar más rápido que los demás, pues en algún lugar hay un competidor que hará obsoleta a tu empresa.
Esto ya es presente. La experiencia del trabajador de hoy debe reinventarse, conocer las tecnologías que se incorporan a los procesos clave del negocio y desarrollar una visión integral sobre los proyectos de transformación digital que permitan llevar —y mantener— a la organización a la era digital: ya no se contrata a aquel postulante que más sabe, sino al que más rápido aprende.
El ritmo del cambio de una empresa lo marca la capacidad de cambio de sus directivos; sin embargo, el mercado siempre desafía nuevas formas de pensar una organización, con procesos más flexibles e innovación abierta. Por esto las empresas deberán ser ligeras de equipaje y no supeditarse a un territorio, permitiendo así liberar a su fuerza de trabajo: para lo único que sirvió la “infraestructura” creada por Kodak —que llegó a tener 140 mil empleados en todo el mundo— fue para hacer más estruendosa su caída ante la irrupción de Instagram.
Por otra parte, la acelerada expansión del horizonte de posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías solo limita con nuestra creatividad. O con la falta de ella.
Elon Musk, el visionario fundador de SpaceX y Neuralink, ha dicho que dentro de una década se podrán fusionar cerebros humanos con máquinas.
En la práctica, posibilidades como esta plantean desafíos inmediatos. Hoy debes innovar más rápido que los demás innovadores, pues en algún lugar hay un competidor que hará obsoleta a tu empresa. Pero la innovación no puede ser solo una vía para ganar dinero. Es fundamental apalancar una ética en que los futuros programadores sopesen las implicancias de sus creaciones. No por nada Stephen Hawking nos alertó de que la IA podría ser nuestra mayor amenaza si no la manejamos con precaución.
Con todo, y debido a los cambios en nuestros paradigmas de consumo, el crecimiento de las empresas a la vanguardia de la nueva era solo puede ser una transformación exponencial. La proliferación de las Fintech —gracias a la madurez que han alcanzado plataformas diseñadas para dar soluciones más ágiles a los sistemas de crédito y pago— es prueba de ello y augura que el sector financiero experimentará una transformación radical en los próximos años.
Entonces, ante realidades como estas: ¿tenemos lo que se necesita?
Sergio Méndez
Director General de Panamerican Business School Ha dictado clases y conferencias para más de 25 universidades y Escuelas de Negocios en 20 países en temas de marketing y transformación digital y los trabajos
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